Dania Virgen García
Cuba por Dentro
Informa desde la prisión de Holguín, el recluso Héctor Téllez Rivero, del destacamento 8, acerca de los abusos contra los presos que presenció en la prisión de Canaleta, en Ciego de Ávila.
“La muerte del recluso llamado Fiallo fue provocada por los oficiales de orden interior. Luego de una golpiza, lo dejaron esposado en una celda de castigo. Igual pasó con Osmaní, un homosexual que ofendió al jefe de la prisión. También un recluso llamado Julio murió empastillado y esposado dentro de una celda de castigo.
Julio Cesar Vázquez, que padecía de problemas mentales, se ahorco porque no tenía otra alternativa”. Refiere Téllez que estos hechos siguen pasando en Canaleta con el conocimiento de los jefes de la prisión.
Afirma conocer casos en que los jefes venden la licencia extrapenal a los reclusos, los que verdaderamente se encuentran enfermos sólo pueden salir muertos de la cárcel. Cita el caso de Alberto Valdéz Cabrera, un enfermo de SIDA a quien le faltan las manos, que vive aislado, en condiciones infrahumanas, en una celda de castigo.
Según Téllez, el mayor Eugenio de la Cruz hace negocios con los reos y se deja sobornar para sacarlos a trabajar.
A veces los reos son apuñaleados por otros reos. Muchas de estas agresiones son ordenadas por el mayor Eugenio de la Cruz, asegura Téllez.
Explica Téllez que a diferencia de Canaleta, las torturas sicológicas son el método más utilizado por los funcionarios de orden interior en la prisión provincial de Holguín, donde se encuentra ahora.
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