Dania Virgen García
Cuba por Dentro
Desde el comienzo de la dictadura castrista, en Cuba las leyes son manipuladas por los mismos representantes de ellas, entre los que se encuentran los instructores policiales, la fiscalía, los jueces, y abogados.
Los presos en Cuba, en su mayoría, van a la cárcel por delito sancionados arbitrariamente, otros por convicción, a veces por delitos no cometidos. O porque alguna vez cometieron delitos que ya pagaron en la cárcel, pero a las autoridades se les ocurre que pueden volver a delinquir y entonces los vuelven a enviar a prisión.
Los instructores no investigan los casos, los fiscales no se interesan, el tribunal no hace su trabajo como es debido.
Muchos sancionados pudieran estar en libertad pero no tienen dinero para comprar a jueces, fiscales, instructores, y abogados.
Hay personas que están presas porque les cayeron mal desde el primer momento al instructor, al jefe de sector, a un policía o a un militar de la cuadra. Entonces te inventan un delito y empiezan a maniobrar los fiscales.
Esto es la cadena de los llamados Licenciados en Derecho, a quienes no les interesa para nada la ley ni la tranquilidad de la población.
Los familiares promueven la queja a todas las instancias del gobierno, pero nadie les hace caso ni les responde. Y estos presos se convierten en los llamados anti sociales creados por el mismo gobierno.
Los abogados para no tener problemas no representan a sus clientes como debe ser.
Si cometes el delito, y no tienes dinero para comprar al instructor, al fiscal, el juez o el abogado, la sanción es la más severa. Las familias reclaman, pero la respuesta es que tienen que cumplir porque ya están sancionados.
En Cuba, con una población de once millones de habitantes, se calcula que hay confinados en la prisiones de 70 mil a 80 mil presos de ambos sexos, la mayoría jóvenes.
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