Dania Virgen García
Cuba por Dentro
Desde la Prisión de Toledo informó el recluso Reynol Vicente acerca de la corrupción entre los guardias del penal y los constantes atropellos a los reos.
“Alimentan mejor a los cerdos que a los presos”, comentó la fuente.
Refiere que el día 9 de noviembre los reos Luis Mesa Coronado, Juan Borredo Madariaga, y Bismarck de la Rosa Oviedo, compraron unos paquetes de galletas de sal, de diez libras, a siete pesos en moneda nacional, que fue vendida en la brigada donde trabajan en la construcción de edificios para el MININT. Al llegar a la prisión, el reeducador José Aguilar Zambrano junto al capitán llamado Malleta, les arrebataron los paquetes de galletas y los arrojaron en el sancocho de los puercos.
Los reclusos de estas brigadas tienen autorización para comprar sus alimentos con sus salarios en su centro de trabajo, donde los venden a precios módicos.
El pasado 10 de noviembre, en la comida, un preso que había pasado más de 12 horas trabajando, se quedó con hambre y el teniente coronel Abreu, alias Caballo Loco, le impidió comer más y botó la comida en el sancocho de los puercos. Abreu le comunicó a todos los reos que “los cerdos tienen que alimentarse”.
Ese mismo día, los presos mataron tres cerdos por orden del jefe del penal. Fueron guardados en las neveras más de 700 libras de carne, que son para el beneficio personal de los oficiales.
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