por Dania Virgen García
Bloguera y Periodista Independiente
5 de diciembre de 2010
En horas del mediodía del sábado 6 de Noviembre, el ex oficial del DSE, Jorge Marín Matos, fue detenido en la barriada de Alamar, Municipio Habana del Este, por oficiales de la policía política del gobierno de Raúl Castro y conducido hacia una casa operativa de la Seguridad del Estado, posteriormente al centro de retención de la Dirección de Investigaciones Criminales y Operaciones (DICO), ubicado en 100 y Aldabó, Municipio Boyeros.
Una vez detenido y confinado en la celda numero 335 y sustituido su nombre por una numeración consistente en 50862, inicio su estancia en dicho centro donde tendría que enfrentar las particularidades de un tiempo que hubiera podido a ver llegado a ser muy prolongado, teniendo en cuenta que sus captores le auguraban una larga condena en prisión.
Marín, permaneció sin tener conocimientos de cargos imputables durante 24 horas, reclamando de manera insistente los motivos legales de su detención. Fue así que en fecha 7 de noviembre a las 21:00 horas, es trasladado para un cuarto de interrogatorio, el Instructor Judicial del DSE Teniente Coronel José Ángel Martínez, le notifica personalmente que estaba detenido por un supuesto delito de tráfico de drogas.
Desde un inicio Marín comunicó que iniciaba una huelga de hambre motivada por el reclamo a sus Derechos, así como exigiendo su libertad inmediata, sin que recibiera la mínima atención. Pese a los incipientes días de inanición, Marín continuo siendo sometido a interrogatorios cuyo contenido era ajeno al amañado trafico de alcaloides, apreciándose notable interés en las relaciones y vínculos profesionales de Marín con la Prensa Independiente, así como artículos periodísticos hechos con anterioridad, donde pone en descubierto planes represivos de la Seguridad del Estado contra la Oposición política, citando entre ellos el conocido Plan Lucero.
Días después los interrogatorios continuaron y el interés de la investigación giró notablemente sobre un tema novedoso: ahora el detenido era visto con especial proclividad para cometer un atentado personal contra la vida del presidente Raúl Castro. Desde esta preocupación se le increpó sobre posibles sitios o escondrijos donde Marín pudiera haber dejado armas que, con anterioridad, había poseído.
Aparejado a ello y aun Marín detenido, miembros del G-2 allanaron nuevamente su domicilio en busca de las supuestas armas, llevando consigo medios técnicos y técnica canina; búsqueda que no arrojo resultados.
Desde esta nueva historia montada por parte de Seguridad del Estado, se fue cuestionando, en distintamente, el carácter de las relaciones de Marín con el Líder de los Derechos Humanos, Elizardo Sánchez y la periodista Dania Virgen García, así como un encuentro que sostuvo con un funcionario de la Sección de Intereses de los Estados Unidos.
La incertidumbre de la Contrainteligencia estuvo dada en que Marín es un ex oficial egresado de las Tropas Especiales Cubanas y destacado en la Brigada Móvil de esa fuerza, entre cuya preparación, recibió entrenamiento como franco tirador y posee otras habilidades de combate.
Sin embargo se trata de un hombre de vocación artística que ha sido capaz de elaborar, libremente como Cubano, comentarios periodísticos para la prensa independiente que aparecen en el blog de esta reportera, y otros periódicos digitales.
Pese a tantos reclamos, el sufrimiento del detenido se prolongó, haciéndose caso omiso por parte de las autoridades ante su huelga de hambre, que alcanzaba numerosos días y sin esperanzas alguna de conocer que sería en lo adelante. Los intereses investigativos que se manejaban eran demasiado delicados: Trafico de Drogas, Atentado personal contra la vida del Jefe de Estado y explosivos; cargos o requerimientos suficiente para ser confinado en prisión dada la incertidumbre y los temores que reinan en la vida política del país.
El día 19 de noviembre el estado de salud de Marín empeoró, presentando nauseas con reflujo gástrico sanguinolento, motivo por el cual fue trasladado de urgencia hacia el cuerpo de Guardia del Hospital Nacional, originándose allí una inminente confrontación debido a sus negativas de ser hidratado. El jefe de la especialidad de cirugía le trató despectivamente, argumentando que pudieran ser vómitos provocados para mejorar su situación, ignorando este el real motivo del detenido.
Durante la tarde del día 23 de noviembre Marín es trasladado para el Departamento Seguridad del Estado, recibiendo así su nuevo nombre: 246770. Una vez allí salen a relucir nuevas posturas ante su caso y le hacen saber la aparente voluntad de dejarlo en libertad, cuando su estado de salud mejorase, debido a que no se hacían responsables de dejarlo en tales condiciones físicas. Posteriormente fue enviado a la sala penal de la Seguridad del Estado, del Hospital Militar Carlos J. Finlay, donde debía recuperarse y obtener la libertad en unas 72 horas.
Pero la prometida libertad inmediata que Seguridad del Estado había entendido conceder, no se cumplió en el plazo o pronostico hecho al detenido. La recuperación de los efectos de la huelga de hambre se vio interrumpida por su decisión de retomar su postura anterior hasta tanto llegase su libertad. Pese a ello, la agonía se prolongó por una semana más.
Claro estaba que la lujuriosa e incertidumbre de la Contrainteligencia, así como los sistemas de Seguridad Personal, habían hecho suyas las disparatadas sospechas de encontrarse ante un hombre de especial proclividad para disparar contra el menor de los Castro, por lo que su libertad se hace firme posterior al acto conmemorativo al Aniversario de las Fuerzas Armadas, celebrado en la provincia Granma y donde estaría presente el jefe de Estado.
En horas de la noche del día 3 de noviembre, cuando Seguridad del Estado agotó todas sus preocupaciones, Marín fue trasladado en un vehículo de operaciones del G-2 hacia Villa Marista y posteriormente entregado a su familia en una zona colindante a Tarara, en el Este de la Habana. No obstante Marín antes de ser liberado tuvo que rubricar una declaración de acusado donde dejaba una versión acerca de la posesión de armas anteriormente, vínculos con esta reportera, así como sus informales contactos en la frontera colombo ecuatoriana con miembros de la guerrilla colombiana FARC E-P. Estos últimos aspectos fueron tergiversados por la Seguridad Cubana.
El peligro de que pueda ser detenido nuevamente es inapreciable por lo que hago un llamado a los observadores internacionales para tratar de proteger a este censurado escritor y reportero.
0 comentarios:
Publicar un comentario