por Dania Virgen García
Bloguera y Periodista Independiente
14 de diciembre de 2010
Informa a esta reportera Alina Venanes Vedey que Dolores Ávila tiene a su hijo Rolando Marrero Ávila, un retrasado mental, preso injustamente.
Marrero Ávila trabajaba como jardinero en el Policlínico de Lawton, en el municipio capitalino 10 de Octubre. Hace tres meses, su jefe, Bernardo Perdomo, le pidió que le llevara una caja sellada para su casa y se la diera a su esposa, ya que él tenía un consejo de dirección y no podía salir. Cerca del Policlínico, Rolando fue detenido por la policía y conducido a la Unidad de Acosta. Cuando revisaron la caja, la policía descubrió que contenía medicamentos de donaciones, que habían sido robados por Perdomo.
A pesar de sus problemas nerviosos, en el Policlínico tienen a Marrero como un buen trabajador. Según refiere un trabajador que requirió el anonimato, “todos lo quieren menos Perdomo, ya que la plaza que ocupaba Marrero la quería el jefe para un pariente de él, como nunca pudo sacarlo del trabajo, un día Perdomo dijo que le iba a hacer la vida imposible”.
Ahora a Rolando Marrero lo acusan de robo y su jefe niega haberle dado la caja de medicamento “a ese loco”. Marrero lleva tres meses detenido sin juicio. Del calabozo lo llevaron para el Hospital Psiquiátrico. Su madre, que está enferma de cáncer, afirma que Perdomo intentó sobornarla y como ella se negó, la amenazó y le dijo que está tan loca como su hijo.
Dolores Ávila se quejó en el MININT y no le han dado respuesta. Dice que en la policía se burlan de ella y le faltan el respeto. Dolores afirma que el jefe de su hijo es el suegro de un policía, que lo ayudó a hacer una trampa a su hijo para sacarlo del trabajo.
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