En busca de nombres para juramentarse

Dania Virgen García

Cuba por Dentro

 

Recientemente esta reportera quedó muy sorprendida al saber que  adolescentes de Guanabacoa y San Miguel del Padrón, con edades entre los 13 y los 17 años, portan armas blancas y  hasta pistolas, fuman marihuana y hasta “absorben el polvo”, como le dicen ellos a la cocaína.

 

Me lo comentó el hijo de un amigo -no menciono sus nombres para que no se tomen represalias.

 

Las armas suelen llevarlas a las escuelas ocultas en sus mochilas, para protegerse de sus  adversarios en cualquiera de las frecuentes riñas que se producen entre ellos

 

Según la fuente, todo es debido “a la farándula”. Llama así a la moda de afiliarse a los juegos o potencias Abakuá. Para jurarse hay que tener 18 años, pero a edades muy tempranas son presentados en los juegos.  “Para poderse juramentar buscan un nombre en el ambiente”, dice la fuente. Cuando le digo que no entiendo, me explica que buscan broncas por cualquier motivo o sin motivo alguno y llegan a cometer hasta hechos de sangre. “Si no tienen un nombre, no pueden pertenecer al juego”, afirma el hijo de mi amigo.

 

“El jefe del juego les dice lo que tiene que hacer, se porta como un padre o un hermano mayor, pero lo único que le importa en realidad es cogerles el dinero. Después, si van a prisión, no se ocupan de sus ahijados”. 

 

Cuando estos chiquillos se presentan en el juego tienen que llevar 200 pesos en moneda nacional. En cada junta –son cuatro al mes– tienen que entregar de 20 a 30 pesos. Para juramentarse hay que pagar 1,500 pesos  moneda nacional. Muchos de estos adolescentes para poder ser abakuás, el dinero lo obtienen robando o asaltando.

 

La mayor parte de las riñas se producen en los llamados bonches (fiestas en la calle). La música que se oye en los bonches es reguetón, cuyas letras incitan a los muchachos a pelear. El alcohol y las drogas hacen el resto.

 

Esta es la nueva generación, el hombre nuevo creado por la dictadura de los Castro.