jueves, 23 de junio de 2011

Pésimas condiciones en Kilo 7

por Dania Virgen García

Bloguera y Periodista Independiente

 

16 de junio de 2011

 

Desde la Prisión de Toledo el recluso Lázaro Pie Pérez refiere que el reo Roberto, alias el Negro, que fue recientemente trasladado en cordillera desde el Combinado del Este, vivió una verdadera  pesadilla durante el tiempo que estuvo en la Prisión de Kilo 7 en Camagüey.

 

Según Roberto, en la Prisión de Kilo 7 el segundo Jefe de Orden Interior tiene aterrorizados a los reclusos.  En una ocasión le dio una golpiza a un reo llamado Amaury por reclamar sus beneficios penales y lo mandó cinco días para una celda de castigo.  Cuando lo sacaron, le volvió a dar otra golpiza y fue a parar al hospital.

 

Roberto explica que este primer suboficial, además de  racista, es regionalista, por lo que a los reclusos habaneros los discrimina y maltrata, no les permite trabajar y les quita sus beneficios penales. Se ensaña particularmente cuando alguno reclama que lo trasladen de prisión porque  sus familiares no pueden visitarlos por la lejanía.

 

La alimentación es pésima y a menudo en mal estado. El pan no se conoce. Asegura que es el centro penitenciario donde existe más desnutrición.

 

En Kilo 7 no existe la atención médica, la higiene es deplorable y el agua está contaminada.  Los presos sólo disponen de tres horas de televisión. Cuando los dejan salir al patio, es a cuatro o cinco compañías (cada una tiene de 90 a 110 reclusos), por lo que son frecuentes los hechos de sangre.

 

Roberto asegura que el 80 % de los presos se endrogan y tienen armas blancas, la mayoría fabricadas por ellos mismos en la cárcel.  Los funcionarios de orden interior tienen conocimiento de esto, pero no le prestan demasiada atención.

 

Las celdas de medida de seguridad son para tres o cuatro reclusos. Las de castigo son personales. En estas celdas, si  molestan a los funcionarios de orden interior, los presos son golpeados.

  

Roberto cita el caso de un jefe de orden interior, el Capitán Idroelio, a quien apodaban el Exterminador,  que fue degradado en septiembre de 2008 cuando trabajaba en la Prisión la 26, de Camagüey, cuando él y un grupo de guardias mataron agolpes a dos presos.  De la 26, el capitán fue trasladado para Kilo 7 con el grado de teniente.


 


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