por Dania Virgen García
Bloguera y Periodista Independiente
18 de Agosto del 2010
San Miguel del Padrón, La Habana. Caridad Blanco Suárez, de 57 años edad, residente en el municipio capitalino San Miguel del Padrón denuncia que su hijo Ernesto Blanco Suárez, de 32 años, retrasado mental, permanece injustamente encarcelado en la Prisión 1580 desde abril por una estafa que no cometió.
Ernesto Blanco fue condenado a un año y seis meses de prisión y tiene otro juicio pendiente también por estafa que incluye robo con violencia. Quien lo acusa es un Policía retirado, llamado Olffit Basulto. Los otros denunciantes son Luís Lorenzo Chacón, Jesús Machado y Marcelo Estrada, quienes en el juicio, efectuado el pasado 9 de abril en el tribunal de Guanabacoa, manifestaron que no conocían a Ernesto.
Ramona Modesta Batista, una pariente de Chacón, es quien le hace la otra acusación. Olffit Basulto fue quien condujo a Ernesto a la 14 unidad de la Policía de Guanabacoa, donde según la fuente, lo golpeó y amenazó con darle un tiro en la cabeza.
Caridad Blanco ha recurrido a tres abogados. Uno de ellos sólo pudo entrevistarse con Ernesto un par de horas antes del juicio. La apelación que se efectuó el día 10 de mayo en el Tribunal Provincial, fue suspendida por no concurrir los denunciantes. Finalmente se efectuó el 19 de mayo. Se presentaron sólo dos denunciantes. Uno de ellos declaró que Ernesto no se parecía físicamente al estafador, porque es blanco y aquel era un mulato. El abogado defensor pidió inmediata libertad para el acusado por
no haber pruebas contra él, lo que fue denegado. El abogado contratado para representar a Ernesto en la nueva causa hasta el momento no se ha entrevistado con el acusado porque alega que no tiene transporte para ir a la prisión.
En reclamo de justicia, Caridad Blanco ha acudido dos veces al Consejo de Estado y al Tribunal Supremo, pero no ha recibido respuesta. Cuando se dirigió a la oficina de atención a la ciudadanía de la PNR no la atendieron. Refiere Caridad, “fui en busca de una oficial llamada Walquiria y me dijeron que Walquiria era cualquiera de los que se encontraban allí. Al cabo de varios días fue la esposa de mi hijo, Mayra Olla Cabrera, y la atendió un tal Hebe, que mandó a un oficial llamado Ernesto a la Unidad de Guanabacoa para que se entrevistara con ella, pero el oficial le dijo que su marido era un delincuente y que el caso estaba cerrado, y le hizo firmar un papel sin que ella, que está casi ciega, lo pudiera leer”.
“¿Cómo Ernesto va a estafar a alguien si apenas sabe leer y escribir?”, pregunta su atribulada madre, quien refiere que terminó el quinto grado a los 15 años de edad en una escuela para muchachos con retraso mental.
Madre de 5 hijos, dos hembras y tres varones, Caridad Blanco, además del encarcelamiento de Ernesto, enfrenta una dramática situación familiar. Una de sus hijas murió de un infarto hace un año. Tenía una niña de 10 años. A la otra hija la asesinó su esposo, el Capitán Armando Carñizán, de la Guarnición del Combinado del Este, quien luego se suicidó. De los tres varones que le quedan, uno de ellos, Ezequiel, es diabético y está postrado desde hace más de 10 años con atrofia muscular generalizada.
Caridad recibe una chequera de 235 pesos mensuales para pagar luz, casa, agua, alcantarillado, y comprar la comida para su familia. Afirma que cuando se ha quejado de que con ese dinero no puede mantener a una nieta huérfana y un hijo postrado, en Bienestar Social le han dicho que se calle, que la revolución le da demasiado.
Caridad Blanco reside en la calle Vista Hermosa número 4413 apartamento 1 entre Garrillo y Carolina, reparto La Carolina, San Miguel del Padrón.
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