por Jorge Marín Matos
Periodista Independiente
Las particularidades de la situación social cubana, se han enmarcado en el aspecto que caracteriza a la confrontación entre diversas tendencias que rivalizan en torno al polémico CAMBIO político económico en la isla.
El dinástico gobierno, se resiste a ceder ante las nuevas tendencias ideológicas y estas resisten, de forma enconada, los azotes y métodos antidemocráticos que se han materializado sobre ellas a lo largo del diferendo político interno.
Pero ahora el Gobierno se enternece en el diseño de un nuevo y más perfecto mecanismo económico que conduce hacia derroteros de solapada explotación, o mejor dicho, entiéndase la capacidad de trabajo sujeta al control del nivel e incremento de capital o ganancias personales. Muchos dicen que “La iniciativa económica” del Gobierno de Raúl Castro, perfila sus pasos hacia un sistema homogéneo que contiene vestigios claros de un sistema Feudal, mesclado al socialismo y con algún teorema practico capitalista. Se trata de algo insólito que persigue sostener la insolvencia de los ciudadanos cubanos partiendo de sus propios esfuerzos para la manutención y supervivencia.
En realidad hay quienes se resisten a ser engañados y refieren que una vez analizadas las cuentas de Inversión, Impuestos, y Ganancias, estarían igualmente en la misma situación económica.
El Gobierno estila un Feudalismo Socialista en el siglo XXI, en aras de mantener el control de la actividad económica privada que será sometida a nuevas normas de existencia. Las variantes tributarias y de supuesta apertura económica han favorecido a quienes constituyen los Dinosaurios del sector privado en Cuba, o sea, quienes han sobrevivió durante todo este tiempo, corrompiendo funcionarios y experimentando formas ilegitimas para poder sostener. Se trata de personas con notable experiencia en la actividad económica, que han podido acumular algún capital para seguir adelante en el presente, con las buenas o malas nuevas que propone el feudalismo socialista.
El mandatario y sus aduladores, de manera insólita, pretenden cobrarle porcentajes a quienes apenas han recibido haberes decorosos a lo largo de 52 años de insolvencia. Por si fuera poco, el Gobierno decidió prescindir de quienes durante medio siglo fueron sus esclavos asalariados y ahora afrontarán el nuevo diseño sobre Impuestos, quedando claro, mediante regulaciones, el rotundo veto ante políticas evolutivas dentro del esquema Empresarial privado, o sea, la Pequeña empresa no podría elevar su capacidad de manera que la convierta en una gran Empresa.
En otros aspectos, vimos ante las cámaras de TV a la Ministra de Finanzas y Precios, al explicar el diseño insólito y la necesidad de que la población comprenda, por las buenas, lo que les tocará aceptar por las malas. La Seguridad Social, asumida por el Estado “Socialista” después del triunfo popular de 1959; tendría que sustentarse con impuestos sobre los ingresos personales de aquellos que esperan una oportunidad en la nueva política. El logro alcanzado con sacrificios, riesgos y sangre, ahora se convierte en una cifra contable a pagar. Se pretende en Cuba, condicionar la aceptación de la pequeña empresa privada; pero esta no escaparía al escabroso sendero de las dificultades, que estarían dadas en la falta de cultura general que posee el pueblo cubano en cuanto al tema.
Por medio siglo la nación ha estado privada de libertades económicas y por ello, el pensamiento de los cubanos no anda de la mano con la concepción que debe existir en la organización de las ideas para emprender y desarrollar actividades comerciales bajo rigurosas normas y lineamientos que van desde lo tributario hasta los métodos concebidos en las actividades comerciales. Tengamos en cuenta que la palabra Marketing o Técnicas de Mercado, es ignorada por una parte considerable del pueblo.
La extraña estructura que se le impondrá en Cuba, no viene de otro sitio que del Imperio en ruinas de la República Popular China, un aliado de coincidentes métodos y limitaciones de libertades bastante similares a los que reinan en la isla. Así como antes la Habana entregó el país a los soviéticos, ahora se abre de piernas ante los placeres de China, quien hace dos años envió una comisión para el análisis económico en la isla y realizar las recomendaciones necesarias entorno al modelo que ahora se impondría.
El Gobierno Cubano voltea la cara ante las incontables violaciones que el Estado de la República China comete contra su oposición igualmente pacifica; como una lista de ejecutados a lo largo del desarrollo de su sistema político social, que sigue siendo un tema oscuro y manipulado. Es de esa nación de donde el Gobierno de la Habana ha importado el nuevo modelo económico para perpetuar su socialismo y mantener la apariencia de un libro abierto al mundo, donde la retorica lectura se basa en viejas conjuras, amenazas, planes de atentado, terrorismo y la paranoia de intervención Imperialista.
¿Hacia dónde vamos? Es la pregunta que nos haremos. Aunque una expresión popular muy cubana, respondería: Pues hacia un Cuento Chino.
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