por Dania Virgen García
Periodista Independiente
Periodista Independiente
13 de Mayo del 2010
Tres trabajadores sociales que no quisieron revelar sus nombres por temor a represalias, se quejaron de la mala calidad de la alimentación que reciben en la escuela deportiva (EIDE) de Cojímar, al este de La Habana, donde están albergados.
Los tres jóvenes son miembros de un grupo de varias decenas de trabajadores sociales de las provincias orientales que pasan un curso en la capital.
“La alimentación es pésima, sopa, harina y dos cucharadas de arroz y un pan agrio y duro, parece comida de presos”, comentó uno de ellos.
Tres trabajadores sociales que no quisieron revelar sus nombres por temor a represalias, se quejaron de la mala calidad de la alimentación que reciben en la escuela deportiva (EIDE) de Cojímar, al este de La Habana, donde están albergados.
Los tres jóvenes son miembros de un grupo de varias decenas de trabajadores sociales de las provincias orientales que pasan un curso en la capital.
“La alimentación es pésima, sopa, harina y dos cucharadas de arroz y un pan agrio y duro, parece comida de presos”, comentó uno de ellos.
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