por Dania Virgen García
Periodista Independiente
Pero no todo es alegría. Pienso en las arbitrariedades e injusticias que se cometen a diario en Cuba. Me acuerdo de las mujeres presas en Manto Negro, la mayoría injustamente encarceladas. En estos días he recibido llamadas telefónicas de familiares de presas que no quieren dar sus nombres por temor a represalias, donde me dicen que desde que me liberaron han tomado fuertes medidas contra las reclusas del destacamento 12. Pido a las organizaciones internacionales de derechos humanos que no se olviden de ellas.
También quiero compartir mi alegría, que no logran empañar los cobardes anónimos que por teléfono amenazan con “entrarme a puñaladas”, con todos aquellos que consiguieron de una manera u otra que el mundo supiera la injusticia que se cometía contra mí. Abrazos, amor, agradecimiento y respeto a todos aquellos que estuvieron y están a mi lado.
Un agradecimiento muy especial a mi abogado, el licenciado Orlando Zamora, que se pronunció de una manera clara, sin temor y que me defendió en la apelación con el corazón.
También va mi agradecimiento a la prensa independiente e internacional, a Elizardo Sánchez, a la abogada y periodista Laritza Diversent, a los hermanos del exilio, a los blogueros, a todos aquellos que escribieron sobre mí para que se supieran todas las violaciones e irregularidades que se cometieron. A todos gracias y sepan que pueden contar conmigo. Siempre.
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