por Dania Virgen GarcíaPeriodista Independiente 25 de mayo de 2010 La Habana. El pasado 16 de mayo, alrededor de las 9 de la mañana, cuando me dirigía como cada domingo a la iglesia de mi comunidad, el Sagrado Corazón, en Diezmero, la guagua en que viajaba fue detenida por la policía para registrar a los pasajeros, no sé en busca de qué. Un agente subió al ómnibus y exigió a los pasajeros que sacaran los carnés de identidad. A quien primero arrebató el carné de las manos, de forma descompuesta, fue a Norberto Urgelles, un ciego de la raza negra de unos 60 años de edad, que llevaba varios palos de escoba para vender. Fue entonces que anoté el número de la chapa del policía: 47287. Cuando me vio anotar,...