Más hoteles para el 26

por Dania Virgen García

Bloguera y Periodista Independiente

 

9 de Julio del 2010

 

En días pasados, el noticiero nacional de TV,  presentó un reportaje sobre los logros que ha obtenido el país en las reparaciones de hoteles para el turismo. En espera del 26 de julio, se han logrado de reparar en todo el país varios hoteles que se encontraban en pésimas condiciones constructivas y que llevaban  años sin reparar.

 

En Cuba llevamos años en espera de la solución del problema de la vivienda. Según datos oficiales, hay un déficit de un millón de viviendas. Los tres ciclones del verano de 2008 agravaron la situación.

 

Hay millares de cubanos que aspiran a vivir no cómodamente, sino al menos a tener un techo para que  sus hijos que no se mojen con la lluvia o enfermen en tiempos de ciclones y de frío.

 

Son muchos los que llevan más de 20 años viviendo en los famosos albergues,  mandando cartas a tantos lugares como se les ocurra en su desesperación. Estos albergues son como la prisión. Un amigo los llama almacenes de náufragos.

 

Pregunto al que le pudiera interesar, ¿quién puede sensibilizarse con el dolor que sienten estas personas? ¿Es que a nadie en el gobierno castrista le importa?  ¿Por qué no se habla de  hacer edificios múltiples para los albergados, para los tantos necesitados?

 

Sí, pero se hacen construcciones biplantas para los miembros de las FAR y el MINIT y otros privilegiados y favorecidos. Dentro, estas casas  tienen  todo lo que pueda necesitar una vivienda y un poco más.

 

Comentan que el mejor trabajo para conseguir una casa es meterse a policía, ser un gerente del turismo, estar en un cargo del gobierno o tener familias en el extranjero.

 

Los hospitales llevan siglos sin  un mantenimiento adecuado. No tienen la mínima presencia para que los enfermos se puedan sentir como personas. Tampoco se reparan las bodegas y las carnicerías en las que no entra nada. 

 

Los asilos de ancianos se caen en pedazos y tienen filtraciones, a veces de aguas albañales. Muchos de estos ancianos lo dieron todo por la revolución sin saber que un día iban a parar en estos lugares deprimentes sin que sus amados dirigentes se preocuparan para nada por su destino.

 

Cuando llegan las lluvias y la temporada ciclónica, tiemblan los que viven en casas viejas y en mal estado “técnico”, como las califican los inspectores y los burócratas corruptos de la Dirección de Viviendas para negarles los papeles o sacarles dinero a cambio de ello. 

 

Pero de todo eso  se habla muy poco.

 

El gobierno al fin autorizó las construcciones y las reparaciones de viviendas por medios propios, pero ahora  los materiales de construcción que se supone vendan bien caros en los rastros (excepto el cemento que sólo se puede comprar en las tiendas en divisa) no aparecen.  

 

Pero no faltan los materiales para reparar y construir hoteles para el turismo. Así, saludarán el 26 de julio con más hoteles, con más problemas que no resolverán,  con más mentiras que decir.