Ahora no

por Dania Virgen García

Periodista Independiente

 

23 de Julio del 2010

 

Me gusta hablar claro. Sin ambages. Estoy  decepcionada por ciertas cosas que están ocurriendo ahora mismo en la disidencia interna. Sé que no es la primera vez que pasan estas cosas. Pero no deben ser precisamente en estos momentos en que la dictadura está contra las cuerdas.

 

El momento es de unirse. No de vanidades y protagonismos. ¿A quién convienen las competencias y las rencillas de callejón?

 

El costo de una vida íntegra que quiere fundarse en el compromiso, es asumir en todo la objetividad antes las continuas cruces que se nos presentan. Hay que escoger qué camino seguir.

 

Pero a veces no son fáciles las disyuntivas. Hay que sopesar los costos y los riesgos antes de dar cada paso.   

 

De vez en cuando sentimos reclamos y diversas presiones que vienen de personas cruzadas. Queremos quedar bien con todos, pero terminamos haciendo el mal. Es el monto de querer quedar bien con todos y estar en todo a la vez.

 

 Solo se puede estar en la causa de la libertad. Lo demás es puro paisaje. Y feo.  En el mejor de los casos, es ingenuidad. O tontería. En el peor, es chivatería. Colaboración interesada con los segurosos chantajistas. O ganas de conseguir una visa americana. A veces hay que pagar un precio por la tarjeta blanca. Pero eso no es hacer oposición. Y menos luchar por la democracia.

 

A fin de cuentas, ¿de qué democracia hablamos? Porque este enredo de pasiones y egos desmedidos y cortos de vista, no pega con lo que se entiende por democracia. O al menos la que aspiro para mi patria.

 

Es un proceso doloroso para nosotros, los que tomamos en serio el activismo pro democracia. Escogemos entre las opciones  que se nos presentan en la vida. Las que hay, no otras.  Pero para elegir tenemos que irnos por un solo camino. Deseamos nuestra libertad, no la esclavitud de impulsos que no sabemos a ciencia cierta adonde nos llevan.