por Dania Virgen García
Bloguera y Periodista Independiente
22 de abril de 2011
Desde la sala de terapia intensiva del Hospital de Reclusos del Combinado del Este, donde se encuentra en huelga de hambre, Pablo Montano León, alias “El Ruso”, acusa a los oficiales del MININT, el General Jesús Becerra y el Teniente Coronel Francisco Díaz Mendoza por haberlo llevado a prisión por un delito no cometido.
Antes de ser ingresado, Montano se encontraba en el edificio 2, destacamento 21, en la compañía 2314, del Combinado del Este. Fue sancionado en la causa 686/2004 a 25 años de prisión por un supuesto delito de tráfico de droga.
Fue arrestado en septiembre de 2002. Lo instruyeron de cargos por tres meses en el Departamento Técnico de Investigaciones de 100 y Aldabó. De allí fue trasladado a la sede de la Seguridad del Estado en Villa Marista, donde permaneció por un año.
El instructor del caso, el Teniente Coronel Francisco Díaz Mendoza y el General Jesús Becerra, jefe del departamento de antidroga, le propusieron que acusara al otro implicado en la causa, Dimitri Guasimor.
En el juicio no se probó el delito. La defensa solicitó su libertad inmediata por falta de documentación por parte del General Becerra, quien alegó que no podía presentarla porque era secreta. El Presidente del Tribunal, a pesar de no haber pruebas, sancionó a Montano, por haber negado todo el tiempo su participación en los hechos, a 25 años de prisión.
Montano fue enviado al Combinado del Este. Después fue trasladado a la Prisión de la Provincia Granma, donde fue sometido a severos tratos por parte del director de la prisión, el Mayor Modesto Castillo, por lo que se declaró en huelga de hambre. Llevado al Centro de Instrucción Penal de Bayamo, el fiscal determinó que se estaba cometiendo una injusticia contra Montano. Entonces, el propio Mayor Modesto Castillo solicitó al Jefe de la Dirección Nacional de Prisiones su traslado a un régimen de especial rigor.
Montano fue informado por el Teniente Coronel Peña que sería trasladado a La Habana, pero fue dejado en el régimen de especial rigor de la Prisión de Villa Clara conocida como el Pre. Al llegar allí, el Primer Teniente Febles le comunicó que había llegado al infierno. Luego, fue pateado, despojado de sus ropas, arrastrado por el piso y encerrado en una celda castigo, donde un guardia llamado Luisito le propinó otra golpiza.
Casi a punto de perder la vida por todo lo que sufrió y los horrores que vio, Pablo Montano fue regresado al Combinado del Este, para el área especial del 47, y ubicado en el llamado corredor de la muerte, pero cuenta que le pareció un paraíso en comparación al Pre de Villa Clara, donde supo de varios presos que se suicidaron por no aguantar el régimen de maltratos físico y sicológicos de esa prisión.
Pablo Montano León es ingeniero en sistema automatizados de dirección y Máster en Ciencias, graduado en el Instituto de Ingeniería Civil de Moscú en 1993. Está casado con una rusa, con quien tiene un hijo de 7 años. Hace varios años que no lo ve. El niño, que vivía con él cuando lo encarcelaron, fue llevado a un reformatorio, hasta que su madre, que se encontraba en Rusia, viajó a Cuba y lo recogió. Desde entonces, su hijo sufre trastornos mentales por el maltrato al que estuvo sometido en el reformatorio.
0 comentarios:
Publicar un comentario