Dania Virgen García
Cuba por Dentro
Hace varias semanas atrás en un recorrido que hizo esta reportera por varios puntos de venta de cuentapropistas de la capital, muchos vendedores comentaban que entregarían sus licencias debido a las excesivas presiones y exigencias de los inspectores.
Estos vendedores refirieron que en los lugares de ventas se habían personado varios inspectores para comunicarles que a partir del 30 de noviembre pasado no podrían vender ropa extranjera, útiles del hogar comprados en las tiendas y CD’s que no fueran originales. Si los vendedores no cumplían con lo establecido, les advirtieron que les serian retiradas sus licencias y les impondrían multas elevadas. En consecuencia, muchos cuentapropistas decidieron que entregarían sus licencias y empezarían a vender los productos como lo hacían antes, en sus viviendas, por la izquierda.
Pasado el 30 de noviembre, todo siguió igual. Los vendedores comentan que hay un rumor de que los vendedores de ropa tienen un plazo hasta el 1ro de enero próximo. Pero como sólo es eso, un rumor, los vendedores aseguran que no paralizarán la venta de ropas hasta que no baje una circular que diga que no se puede vender ropa extranjera.
Los vendedores callejeros venden esta ropa y los demás productos casi a la mitad de los precio de las tiendas estatales de moneda convertible. Un tubo de pasta dental Colgate los cuentapropistas lo venden por 4 CUC; un jabón de baño, 1.50 CUC; un pulóver, entre 12 CUC y 15 CUC; un pantalón, entre 20 y 25 CUC; un blúmer o un calzoncillo, 4 CUC. Mientras, en las tiendas recaudadoras de divisa, un tubo de pasta dental Colgate cuesta 7.60 CUC; un jabón de baño, de 2 a 3 CUC; un pulóver, entre de 25 y 45.00; un pantalón, de 38 hasta 60 CUC, y más: un blúmer, a 4.80 CUC, y un calzoncillo de mala calidad, 5.60 CUC.
El Estado después de haber recaudo miles de CUC por concepto de impuestos a las ventas de los cuenta propias, ahora quieren limitarlos porque la comercialización de las tiendas del estado está por debajo de las de los cuentapropistas.
“La población no tiene sueldos como para pagar los precios tan altos de las tiendas estatales, pero ahorrando pueden comprar la ropas a precios más bajos de los cuentapropistas. Gracias a ellos, podemos vestir a la moda, bañarnos y tener los dientes sanos, ya que no ir al dentista es una tragedia, nunca trabajan o tienes que pagar para que te arreglen la boca, al final sales con la boca desbaratada”, comentó una joven en Centro Habana.
De los vendedores de CD's no se ha dicho nada. Pero me aseguró uno que hasta que no le muestren una circular que los prohíba, seguirá vendiéndolos.
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