Dania Virgen García
Cuba por Dentro
El machismo es una enfermedad que no curó la revolución de Fidel Castro. La mujer cubana sigue pisoteada por los hombres.
La mayoría de las mujeres cubanas es víctima de la violencia familiar, uno de los problemas sociales más críticos que tiene el país, y que, pese a toda la propaganda, no ha sido resuelto por la Federación de Mujeres Cubanas, que se limita a ser otra organización al servicio del régimen.
Las mujeres son humilladas en los centros de trabajos por los mismos dirigentes, muchos las acosan sexualmente, y si no ceden a sus pretensiones son expulsadas de sus puestos. En los centros de estudios, ocurre lo mismo: muchas alumnas son asediadas por maestros y directores.
La juventud femenina ha perdido la autoestima. Se prostituyen con hombres 20 ó 30 años mayores que ellas para ganarse la vida o son obligadas a prostituirse. Son violadas por los proxenetas, así como por oficiales de la policía que las amenazan con enviarlas a prisión si no hacen los que ellos dicen.
Entre ellas hay un nivel alto en el alcoholismo. La mayoría no pasa del 12 grado de escolaridad. A los 25 años, parece que tienen el doble de su edad.
En el año 2003, surgieron en Cuba las llamadas Damas de Blanco, mujeres que llevan 8 años defendiendo los derechos humanos. Estas mujeres son sometidas a golpizas, detenidas arbitrariamente con asiduidad, sometidas a mítines de repudio por delincuentes y policías disfrazados enviados por el régimen.
La líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, falleció en manos del gobierno. Una mujer extremadamente valerosa. Ahora las mujeres de este movimiento la seguimos con orgullo, batallando a diario por lo que creemos.
No hemos ganado gratuitamente los lugares que hoy en día ocupamos, por los que seguimos luchando.
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