martes, 9 de noviembre de 2010

Comentario Periodístico: Disidencia, Oposición y Nostalgia

por Jorge Marín Matos

Periodista Independiente

 

5 de noviembre de 2010

 

Foto: Jorge Marín Matos

 

Después de l959 y consolidada la revolución, muchos tomaron el camino de una Disidencia naciente que se alejó en gran medida de lo que puede decirse como Disidencia pacífica. Entre aquellos hombres que reaccionaron con energía contra el naciente gobierno de Fidel Castro, primaba la solidaridad y el apoyo reciproco con el fin de derrocar al joven abogado en el poder. El bastión de aquellos opositores se fortaleció en Miami y en las serranías del Escambray.

 

Sin embargo quizás por falta de una adecuada orientación ideológica las guerrillas anticastristas del Escambray desde l960 hasta l965; sufrieron reveces y nefastos resultados en el escenario político militar. La pasión por aniquilar al gobierno de Fidel Castro se tornó enfermiza y la ira que de ello se generó, fue condicionando conductas que desembocaron en asesinatos de maestros voluntarios y civiles desarmados. Se apreciaba como, quienes fueron la esperanza de otros en Miami, habían dejado atrás su aptitud política que debía ir aparejada a las acciones armadas.

 

Miembros de la Oposición actual cuestionan las causas de aquel fracaso y emiten que la versión oficialista e histórica es manipulada. Sin embargo llama la atención como se alejan de tal manifestación de lucha, dejando evasivas con notable escepticismo. Retoricas, justificaciones de que si no es posible obtener armas, que si no tiene éxito tamaña empresa, que es el fracaso, que la maquinaria militar es insuperable. En fin un sin número de criterios donde redunda la falta de fe.

 

Con frecuencia se escucha hablar de civismo, posición pacífica, civilismo, sociedad civil. No obstante los más cercanos a la postura enérgica son los denominados de Línea Dura: actitud contestataria de manera abierta y directa contra el Estado, quienes en gran medida han enfrentado la hostilidad como actitud represiva por parte del aparato Estatal.

 

Cuando miramos el escenario donde se desenvuelve la Oposición o Disidencia Cubana, apreciamos manifestaciones que invitan a sentarnos sobre una piedra incomoda para darle urgencia a un análisis más concreto.

 

Durante la década de l990, no fueron pocas las eventualidades que Seguridad del Estado analizó y monitoreó desde posiciones de Agentes Secretos en el seno de las estructuras de Oposición Interna. Fueron provocados falsos incidentes, intrigas, desavenencias. En especial perfiló la línea de conducta de sus Agentes con relación a una enfermiza sed de protagonismo que apreciaban en la personalidad de algunos miembros de la Oposición.

 

Distorsiones de la conducta y errores humanamente considerables, sirvieron de base al desarrollo de políticas de enfrentamiento encaminadas a dividir, distanciar, socavar y hacer cambios estratégicos al centro de la Oposición; desacreditar a sus líderes e introducir un pensamiento derrotista ante la actitud política contestataria que pudiera llegar a derroteros más relevantes y significativos. La falta de fe era una condición indispensable para sus intereses.

 

Bajo esa circunstancia y captando oportunamente las motivaciones de sus enemigos, el experimentado

G-2 identificó que existía un punto interesante para algunos hombres de la Oposición o Disidencia: El Refugio Político. Esto sirvió para crear un incentivo hacia la colaboración secreta o al menos negociar esta. Tampoco han sido pocos los que procurando un exilio seguro hacia Miami, han vendido su alma al diablo y lanzado la ética por la borda.

 

En la primavera de 1999, el matrimonio Miranda compuesto por Miguel y Mery Miranda, partieron hacia Miami bajo el estatus de refugiado político. Atrás habían dejado una larga trayectoria como colaboradores del G-2. Habían trabajado disciplinadamente en los controles operativos sobre Raúl Rivero Castañeda y su ayudante más cercana Marvin Hernández Monzón, así como la estructura de Cuba Press, Agencia del Periodismo Independiente, con eventual sede en el Vedado. Pero las motivaciones de estos colaboradores circunstanciales no estaban basadas en contenido ideológico alguno. Existía en estas personas el marcado objetivo que perseguían más allá de su colaboración con el G-2: viajar a los Estados Unidos de Norteamérica.

 

La comunidad de intereses de algunas personas de la Oposición favoreció a la política de enfrentamiento de Contrainteligencia y el trabajo de Descubrimiento y análisis fue perfilado a establecer esos estados de necesidad.

 

Más allá de enfrentar a los Disidentes, la Contrainteligencia conocía que era más viable negociar a partir de los intereses personales de sus enemigos. Así, favoreció la aptitud protagónica de algunos dentro de las tendencias políticas y sembró en el seno de estas, sus posiciones estratégicas. Se estableció una nueva y cada día mejorada táctica de enfrentamiento que estuvo basada en orientaciones a sus Agentes, para que estos experimentasen reacciones específicas ante temas de priorizado interés, liderazgo y desestimación de tendencias consideradas Líneas Duras, sin dejar fuera de los requerimientos, la eventual fusión de todas las corrientes opositoras, requerimiento que alcanzó el primer orden de prioridad. Así quedó más menos establecida la tarea de los Agentes Secretos que incidieran en las filas de una Oposición pacífica y cuyo roll consistía en Desestimar planes, Desacreditar a determinadas figuras de la Oposición, crear las dudas eventuales y la incertidumbre. La vieja experiencia del celebre genio del contra espionaje, Fouchet, se pondría en práctica, ahora con ideas mejoradoras y adaptadas al escenario operativo de la Oposición en Cuba.

 

Existen antecedentes en la política de enfrentamiento hostil contra líderes y personalidades de la Disidencia. Por ejemplo, la actitud de Odilia Collazo, ex Agente de la Seguridad cubana que penetró a la Disidencia durante años y hecha publica su militancia política para con el gobierno de Fidel Castro, durante las maniobras necesarias al calor de la conocida Primavera Negra.

 

En este caso las indicaciones eran muy claras por los especialistas de Contrainteligencia. Se necesitaba desacreditar la figura del líder de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y de ser preciso, obtener el control de la situación al interior de la estructura opositora.

 

Pese a los escasos resultados de la medida contra Santa Cruz Pacheco, la Seguridad del Estado continúo con la misma táctica. Sin embargo la ex agente Odilia Collazo, estandarizada como patriota durante su revelación como colaboradora de la Seguridad cubana, guardaba secretos poco prestigiosos que consistieron en evidentes nexos con el Tráfico de personas. Parte de los Agentes revelados en Primavera Negra tuvieron algún nexo directo o indirecto con negociaciones para obtener visas y viajar a Estados Unidos bajo el estatus de refugiados políticos.

 

Quedaba claro que más allá de hostilizar violentamente a una Oposición ya tradicional y resistente, el perfil de enfrentamiento sería negociar y después volver a negociar. El viejo G-2 estipuló el nuevo marketing para solucionar sus necesidades operativas y el caldo de cultivo lo pondrían aquellas almas que no guardaban dentro de sí, un pensamiento político sólido.

 

¿Como darle un vuelco a todo esto?

 

Pues bastan cuatro párrafos para explicar como llegar a un resultado diferente y respetable. Habría que acatar lo tantas veces dicho por muchos líderes y figuras que han estado en la línea de la Oposición política. Habría que interiorizar y dar pasos sólidos hacia una fusión necesaria bajo un líder único y un pensamiento político compacto bajo normas éticas de cohesión.

 

Se necesita igualmente disciplinar las tendencias políticas e ideológicas y aclarar la notoria diferencia entre libertad y libertinaje de expresión, conductas que bajo el falso concepto de libertad, han condicionado tantos dividendos y alejan las metas del verdadero Concilio Cubano.

 

Los lideres quizá estén ante vosotros, basta pulirlos, darle oído a sus criterios, elevar sus potencialidades humanas, unificar un pensamiento que lleve a todos a descubrir quien es la figura necesaria que emprendería el paso definitorio.

 

En fin valdría la pena mirarse por dentro y rectificar en cada uno de los pasos y aprender lo máximo de los éxitos obtenidos en el pasado. El fracaso no tiene nada que enseñar, es solo el éxito quien muestra el camino.

 

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