Dania Virgen García
Cuba por Dentro
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El recluso Jorge Molinet Tapia, quien se encuentra confinado en la unidad número tres, cuarto piso sur, del Combinado del Este, refiere que la instructora de la unidad policial de Picota, quien le hizo la instrucción en la unidad de Dragones, le hizo una trampa para encubrir la muerte de un detenido a quien negó auxilio.
En la madrugada del siete de septiembre de 2011, Molinet Tapia, que se encontraba de pase, fue asaltado y despojado de sus pertenencias por tres individuos. En el forcejeo con los asaltantes resultó lesionado en la cabeza y perdió el conocimiento. Al recuperarlo, se encontró que un joven le registraba los bolsillos del pantalón. Este, al verse sorprendido, le manifestó que no era quien lo había atacado, pero sabía quienes lo habían hecho. En ese momento, se presentó en el lugar de los hechos un carro patrullero, que procedió a la detención de los asaltantes que se nombran Vicente, Leandro, Joel Landi, y de Nelson, que era como se nombraba el que se encontraba registrando los bolsillos del pantalón de la víctima.
Molinet fue conducido al hospital en otro carro patrullero. Después fue devuelto a la unidad policial de Dragones, donde se encontró con dichos asaltantes. El oficial de guardia les comunicó que serían instruidos de cargos por la instructora Mercy, del departamento investigativo de la unidad de Picota, del mismo municipio.
Al comenzar el interrogatorio, según la fuente, la instructora insistía en que Nelson, que es homosexual, estaba involucrado en el asalto, ya que lo habían atrapado en otros delitos parecidos, pero nunca se había podido probar, por lo que quedaba siempre en libertad.
Nelson comenzó a sentirse mal y Molinet le solicitó a la instructora que le dieran auxilio, pero ella alegó que él en otras ocasiones hacía lo mismo, y que siempre había que conducirlo al médico, que esta vez no perdería el tiempo en llevarlo a ningún hospital.
Nelson tenía vómitos, sudores fríos, mal semblante y cambio repentino de de coloración. Cuatro horas después, cuando los presentes pensaron que se había dormido en el piso, en realidad estaba muerto. Al darse cuenta, Molinet Tapia fue en busca de la instructora, quien llamó a varios policías para que retiraran el cuerpo del lugar.
Pasadas tres horas, la policía les manifestó que Nelson había fallecido, que le habían dado la libertad y al cruzar la calle se sentó en un muro y murió.
“¿Cómo puede un ser humano morir en dos lugares distintos? Ya había fallecido cuando se encontraba a mi lado, bajo instrucción policial, luego que la instructora se negó a darle auxilio en todo momento”, comenta Molinet Tapia.
Después de la muerte del joven homosexual, la instructora fue asesorada por oficiales, que querían que la víctima y los asaltantes manifestaran que Nelson no se encontraba en el lugar de los hechos, ya que eso no los beneficiaría, sino que los perjudicaría, y más en el caso de Molinet Tapia, había dado un nombre falso a la policía por encontrarse fuera del pase de la prisión.
El pasado 15 de mayo Molinet Tapia y los asaltantes fueron a juicio, en la sala cuarta del tribunal provincial de La Habana. Para asombro de Molinet Tapia, la instrucción se cambió de robo con violencia a hurto.
Cuando la jueza le preguntó si quería aclarar o agregar algo que no se había dicho, respondió que sí, y explicó la verdad de lo sucedido, negando la participación del fallecido Nelson, y explicando el verdadero delito que cometió, que fue registrarle los bolsillos cuando estaba desmayado.
Al ver la jueza que los documentos se encontraban falsificados rehusó continuar con el juicio, modificando en el acto la sanción de hurto por robo con violencia, y solicitando una nueva instrucción sumaria del proceso. Hasta ahora no se ha hecho tal proceso.
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